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18 de noviembre de 2007

Elisabeth, la edad de oro


Acabo de ver la película Elisabeth, la edad de oro. Creo que resulta un ejercicio visual de gran calidad, con una Cate Blanchett especialmente seductora, dándole su bello rostro, por si solo, empaque al personaje de Isabel I. La película recuerda alguno de los clásicos sobre este tema, como The virgin Queen o The privates lives of Elisabeth and Essex, sobre todo en lo referente a su relación con Walter Raleigh, ajustadamente interpretado por Clive Owen, por lo que no se le puede reprochar que no cumpla con el objetivo para el que ha estado hecha.
Sin embargo, es en el tono donde no acaba de emerger la película, en exceso panfletaria para con la historia británica. La idea de hacer aparecer a Blanchett cual Mila Jovovich, vestida con su armadura, y blandiendo espada sobre un enérgico corcel creando, además, un paralelismo, espero que solo estético, entre Isabel I y Juana de Arco, resulta algo curioso.
Pero para curiosa, la interpretación que hace Jordi Mollà del rey de España. Si esta es la visión que los ingleses tienen de Felipe II, realmente es que el chauvinismo lo han creado ellos. Es por lo menos insensato pensar que un monarca como el que aparece en la película, tirano, mesiánico, sádico, casi repulsivo, pudiese haber gobernado un imperio. Aquí no hay luces y sombras, y es que estamos hablando de la depauperación total de un personaje histórico. No seré yo quien defienda la figura de Felipe II, pero presentar un monarca cruce entre el Golum del Señor de los anillos, y Mr. Bean, me parece a todas luces, excesivo. Aplaudiré cuando utilicen la misma técnica con un personaje propio. Parece fácil, y desde luego gratuito, ridiculizar al presunto adversario, haciéndolo portador de todas las lascivias.
En fin, que con un poco más de contención, la película habría ganado credibilidad, más allá del hermoso rostro de la australiana Cate Blanchett.