Buscar este blog

19 de abril de 2008

Opinión. La paradoja.


El calentamiento global, cambio climático, efecto invernadero, o póngase el nombre que sea a la situación a la que nos está llevando la globalización de la estupidez actual, está haciendo que aparezcan nuevas e inesperadas paradojas en el horizonte. ¿A qué me refiero? Pues sencillamente a que el paulatino crecimiento de los biocombustibles está produciendo un aumento de la extensión de sus campos de cultivo, lo que hace que se reduzca el utilizado para la agricultura de consumo humano. Es decir, a menos alimentos, mayor es su precio, creando una sensación de escasez que los primeros que lo notan son los países pobres. Y luego se une a esto el alza de los precios de los alimentos en todo el mundo.

¿Es inevitable, pues, la paradoja de unos combustibles menos contaminantes y unos alimentos más escasos? Creo que no, pero la solución no pasa, precisamente por las grandes empresas petrolíferas, pues son estas, precisamente, las que se agarran a cualquier resquicio para mantener su alto poder. ¿La energía eléctrica sería tan difícil de generalizar?¿Unas plantas aero generadoras cada vez más eficaces, basadas en la nueva tecnología, son imposibles?¿Unas centrales nucleares de nueva generación, y con máximas medidas de seguridad son imposibles?

¿Y donde están las centrales solares? ¿Todas estas soluciones sostenibles serían posibles sustitutos de la energía actual? Las necesidades geoestratégicas de los países de la opep, y la economía a macro escala multinacional de las compañías petroleras, de las que dependen muchos miles de puestos de trabajo, hacen difícil cualquier cambio. Sin embargo, no cabe engañarse, no se puede caer en la trampa del falso dilema ecología frente a humanismo, planeta frente a ser humano. Todos somos uno, solo células del mismo cuerpo, y si este enferma de muerte, nosotros también morimos. Tenemos las soluciones en nuestras manos. El respeto y la generosidad es la clave. De todos depende cambiar el rumbo de nuestro destino.