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11 de septiembre de 2009

Personas antes que héroes.

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La historia de la fracasada expedición del capitán Scott para ser el primero en llegar al polo sur geográfico, ha sido una de esas tragedias del siglo XX que hacen pensar que el sentimiento de solidaridad es inherente en el ser humano. El sacrificio desinteresado de los cinco expedicionarios en busca de la salvación del resto, hace que las valoraciones sobre el valor, la camaradería, el compañerismo, sean tan solo anecdóticas si nos ponemos a pensar en lo dispuestos que estamos en arriesgar nuestro bienestar personal en aras de la supervivencia ajena. Hace casi cien años de la trágica expedición, pero en un mundo tan egoísta e individualista como el nuestro, en el que pasamos rápido ante cualquier pobre, miramos con recelo a los extranjeros, apenas saludamos a los vecinos si nos los cruzamos en el ascensor, parecemos haber retrocedido, y solo ciertas muestras de solidaridad desinteresada nos dan esperanza en que la botella aún está medio llena y no medio vacía. Por eso, esos cinco ingleses, hace casi cien años, nos enseñaron que por encima de cualquier cosa están los valores humanos. Que su sacrificio no caiga en el olvido, y nos haga reflexionar sobre que aún quedan muchas cosas por hacer por aquellos que tenemos más cerca. Seamos personas antes que héroes. Es mucho menos lustroso por fuera, pero la satisfacción interior no te la quita nadie.


5 de septiembre de 2009

Un poco de buena música.

Existen veces en las que los ojos se cierran para no ver, pero es entonces cuando se puede oír
la magia.

2 de septiembre de 2009

Unas preguntas.

duda

Hoy, solo quiero trasladar unas pequeñas preguntas que me hago los últimos días. ¿Podemos esperar algo de los demás? ¿Es justo que queramos que otra persona haga las cosas como nosotros pensamos que se han de hacer? ¿Podemos exigir que nos quieran cuando no nos quieren, al menos de igual forma? ¿Está bien creer que los sentimientos han de ser correspondidos? Creo que todos diremos que no, que no podemos imponer nuestros deseos a alguien que no desea cumpliros, y eso es lo que finalmente está bien, porque a ninguno nos gustaría que nos obligasen. Sin embargo, cuánto cuesta cumplir con lo que está bien. Porque cuando deseamos, amamos algo, lo que resulta difícil es renunciar a ello. ¿O no?