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12 de enero de 2010

El símbolo perdido.

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"Washington. El experto en simbología Robert Langdon es convocado inesperadamente por Peter Solomon, masón, filántropo y su antiguo mentor, para dar una conferencia en el Capitolio. Pero el secuestro de Peter y el hallazgo de una mano tatuada con cinco enigmáticos símbolos cambian drásticamente el curso de los acontecimientos. Atrapado entre las exigencias de una mente perturbada y la investigación oficial, Langdon se ve inmerso en un mundo clandestino de secretos masónicos, historia oculta y escenarios nunca antes vistos, que parecen arrastrarlo hacia una sencilla pero inconcebible verdad.
Con la ayuda de Katherine Solomon, hermana de Peter y experta en ciencias noéticas, Robert Langdon tiene doce horas para salvar a su amigo y, al mismo tiempo, evitar que uno de los secretos mejor guardados de nuestra historia caiga en las manos equivocadas...
El código Da Vinci fue un fenómeno mundial que convirtió a Dan Brown en el maestro absoluto del thriller. En esta nueva obra, Robert Langdon regresa para retar a los lectores con una historia inteligente y de ritmo vertiginoso que ofrece sorpresas en cada página. El símbolo perdido es lo que los fans de Dan Brown estaban esperando: su novela más emocionante."

Esta es la sinopsis que nos propone la contraportada del libro de Dan Brown. Parece difícil embutir todas esas premisas en una novela que transcurre en una noche, pero la verdad es que lo hace. ¿Creíble? Yo ya lo he acabado de leer, y la verdad es que no parece posible. Bueno, dicen que el papel en blanco lo soporta todo, pero a alguien que vende millones de ejemplares de sus libros habría que pedirle que lo que nos vende sea, cuando menos, verosímil.

Reconozco que he sido una lectura entretenida, ligera, y que me ha enganchado como lo hacen las miniseries de la televisión, cuyo planteamiento inicial suele ser llamativo pero que con el paso de los minutos, aquí las páginas, lleva a una cierta decepción que culmina en un ¿para esto me he tragado yo el resto?. En fin, que con un cuento corto, si Brown contase con una buena capacidad de síntesis, hubiese tenido bastante Brown para desarrollar una historia efectiva. Desde luego no esperaba demasiado, y por eso al acabar de leer El Símbolo Perdido, solo le agradezco que me haya ocultado la decepción hasta el final. Mientras este no ha llegado, aún tuve esperanzas. Crédulo que soy. ¿O será que, por el contrario de lo que dice la contraportada, yo no soy fan?