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29 de febrero de 2012

El mapa del cielo.

Este es un booktrailer, algo así como lo que suena, es decir, el trailer de un libro, un género que desde hace unos años está revolucionando la comercialización editorial por internet. Este es realmente interesante, por estética y por originalidad. Todo un mundo se abre ya para la promoción de las obras de los autores independientes. Ahora solo hay que esperar que la novela esté a la altura de lo que se nos anticipa, y no sea como muchas películas, que nos defraudan en el posterior y completo visionado. Aunque para ello solo queda un camino: leer al autor, ¿no os parece?



27 de febrero de 2012

Si supieses.



Levanté la vista del periódico y vi, de soslayo, tu rostro distraído y el sol reflejado en tu pelo enmarañado. Tu sonrisa, en aquel instante, cautivó mis dudas desde el principio de mis instintos, ya irreprimibles e irrefrenables. Y fue por eso por lo que no pude luchar contra la necesidad que me estaba poniendo asedio, ya claudicado y desarmado. Así que te asalté, distraída, mientras recortabas las hojas caducas de aquella planta que te regalé hace ya dos primaveras, y te estampé un beso intenso en los labios. Traicionero por lo imprevisto, pero suave por su ejecución. Solo rozarte era suficiente, no quería, no hubiera soportado, romper el momento, tu silencio. Luego volví a mi periódico y a mi silla, con una complicidad interior, mientras tú sonreías sin mirarme, pero con un aire de a qué ha venido eso. Si supieses que ni yo sé por qué pasa tan deprisa el tiempo.

1 de febrero de 2012

Dice un antiguo proverbio indio, de los indios de las praderas, de las praderas americanas, me refiero, que para conocerte realmente te has de presentar ante ti mismo desnudo de todo lo que te envuelve, de cualquier bien material, de cualquier temor, de cualquier lazo con la vida. Me imagino que a lo que se refiere el proverbio, dicho o como lo llamemos, es que para conocernos, primero nos hemos de despojar de cualquier atadura que pueda ligarnos, que nos pueda influir en nuestros actos, en nuestras decisiones.

Realmente es imaginable que un individuo adorador de Manitú, allá en la casi soledad de su tipi bajo las estrellas, apenas poseedor de unas mantas de búfalo, cuatro lonas, una pipa, un caballo, pueda llegar a plantearse el deshacerse de todo lo superfluo. Hoy en día lo tenemos más difícil, la verdad. Vivimos en una sociedad que nos invita a no desprendernos de ninguna de nuestras posesiones, materiales o inmateriales. Nos hemos convertido en seres egoístas que anteponen lo que tengo a lo que soy, tal vez porque nos cueste mucho reconocernos sin todo lo que hemos conseguido a lo largo de los años. Es duro verte desnudo delante de ti mismo, y ya sabéis que hablo metafóricamente, sin pensar que en realidad en el reflejo del espejo que es el paso del tiempo, somos más por lo que poseemos que por lo que tenemos realmente como seres humanos. La verdad esencial es que no hay nunca vuelta atrás, y que cuan retrato de Dorian Gray, todo lo que somos se esconde en el fondo de nuestra alma.