El cuadro de Abraham van Wessel (1658), que adorna la entrada de la ciudad de Nimega, Holanda, representa a una mujer joven que tiene en su regazo a un anciano y en pie dos hombre adultos vestidos de rojo, dos hombres de edad intermedia vestidos de verde, y dos jóvenes de blanco. Encima de las cabezas de los cuatro grupos, pueden leerse sendos carteles dicen lo siguiente:
Encima de la mujer: "Escuchen lo que digo: Los dos que van de rojo son hermanos de mi padre. Los dos de verde son hermanos de mi madre. Los dos de blanco son mis hijos y yo tengo aqui al padre de esos seis que es mi marido, sin que haya relaciones de consanguinidad que impidan nada".
Los dos de rojo dicen: "Lamentaríamos que no se supiera que nuestra sobrina se la dieron a nuestro padre, porque ella no es la sobrina de nuestro padre, cosa que nadie adivinaría fácilmente".
Los dos de verde dicen: "Es extraño ver en este cuadro a quien es nuestro padre natural y que se casó con nuestra sobrina, pero esto no lo lamentamos".
Los dos de blanco dicen: "El anciano es el padre de todos nosotros. La señora es la madre de nosotros dos. Pero decimos ¿cómo puede ser que nuestros hermanos sean tíos de nuestra madre?".
Ahora os toca resolver el enigma...