La frustración suele
hacer presa en todo aquel que está realmente predestinado a ello. No hay nada
como alguien inmensamente confiado en sus propias posibilidades, que nunca haya
encontrado un contratiempo, o que hasta cierto punto de su vida los haya superado
con holgura, como para caer en sus tentáculos.
Es muy humano creerse el
rey del concreto mundo propio para después, amanecer de narices en la idea del
total negativismo. Del puedo con todo al no soy nada hay un abismo lleno de
matices que nos dejan la medida real de lo que es capaz de construir el ser humano.
Solo es cuestión de querer encontrar el punto desconocido de equilibrio entre
lo que deseamos, lo que podemos y lo que nos gratifica. Por eso es tan
compleja, y apasionante la vida, porque nos da la oportunidad de superar retos
constantemente, y entre ellos los más insignificantes para los demás son los
que nos dan mayor placer humano. Sinceramente, espero poder encontrar el color
de mi equilibrio sin llegar a parecer gris para los demás. Al menos poder
disfrutar de la búsqueda, que eso, en definitiva, es vivir.