Las personas somos como somos,y los sueños, desengaños y pasiones no correspondidas forman parte,a veces juntas,otras por separado en el tiempo, e incluso repetidas, del devenir interior de todos nosotros. Es inevitable que a lo largo de una vida nos sintamos terriblemente decepcionados por aquello que no podemos conseguir. Pero también es normal que sea la reacción contraria de volver a los orígenes,a uno mismo, la que prime al principio. Sin embargo, el ser humano inteligente, solo es mi opinión, es aquel que busca la felicidad sin parar, sufriendo cuando esta no llega o es esquiva, y peor aún cuando parece que la tocas con los dedos y después se esfuma sin darte casi cuenta del porqué.
Luchar por intentar ser feliz es hermoso, aunque a veces sea extenuante, y conseguirlo es,yo diría, casi tántrico, aunque en tantas ocasiones sea fugaz. Tal vez sea cuestión solo de intentarlo las veces que sea necesario, no desfallecer nunca, y mientras tanto, no dejar de disfrutar de lo que nos rodea, que el paisaje es demasiado hermoso. Nos lo debemos a nosotros mismos.