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25 de noviembre de 2008

Bill Evans.

Quien me conozca, sabe que mis gustos en cuanto a música son enteramente eclécticos. Y no es un postura estética, ni una justificación para decir que me gusta música que a los puristas no les pueda parecer bien. Simplemente es que es mi forma de ser, de ver la vida. No hay que avergonzarte porque te guste algo. Simplemente, disfrútalo. Por eso, un tipo como yo, disfruta tanto de Tequila, como de Toquinho, Led Zeppelin, El último de la fila, Harry Connyck Jr., Sabina, o Donizzetti. Sin embargo, cuando quiero tranquilidad en el constante ajetreo de una metrópolis como Barcelona, o cuando tengo una cena con pocos amigos, o simplemente llueve un frío domingo por la tarde, qué mejor que conectarse con el, para mí, el mejor pianista de jazz. Por supuesto, hablo de Bill Evans, para mi gusto el mejor pianista que ha dado el jazz. Para quien quiera conocerlo, dejo aquí este vídeo, aunque, según sus biógrafos, era un ser obsesivo, fóbico, retraído, arisco, introvertido, huraño, inseguro y autodestructivo. Sobre su discografía, vida y otras facetas de su ajetreada vida, es mejor que lo miréis por vuestra cuenta. Yo solo os lo presento.