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21 de mayo de 2009

En cuanto a ídolos e idolatradores.

Todos tenemos ídolos. Ídolos de juventud, ídolos caídos, ídolos de la infancia. Todos con un rasgo en común. Para nosotros, resultan inalcanzables. Por su perfección, por la admiración que le profesamos, por esa necesidad que tenemos todos de encontrar algo a lo que aferrarnos, que nos haga pensar a algunos que nuestra mediocridad no es generalizada, y a otros que, con esfuerzo, se puede conseguir llegar a conseguir las cosas que admiramos en ellos. Porque somos idolatradores, y admiramos su éxito en la vida, su forma de ser, todo lo que vemos. Sin embargo, muchas veces no profundizamos, y nos quedamos en lo superficial. Creemos que lo que tienen los demás, ellos, es siempre mucho mejor que lo nuestro, y si es la vida de nuestro ídolo, con mayor motivo. Sin embargo, detrás de toda fachada, existen las luces y las sombras, el barro bajo los pies. Nadie es mejor que nadie, eso está claro. Todos formamos parte de un proceso evolutivo. Sin embargo, hay gente que piensa que todo aquello que rodea a los ídolos es idílico, valga el juego de palabras. Es mucho mejor buscar el reflejarnos en nuestro propio interior, pensar que podemos ser como aquellos que admiramos, y que solo hay que intentarlo, que no somos menos, que hemos partido desde la misma línea de salida. La humanidad, nuestra sociedad, es un puzzle de personalidades opuestas, cambiantes, y todas, y cada una de ellas, posibles de mejora. Porque, en el fondo, no hay peor que aquel que se cree más que el de al lado, solo por el hecho de haber conseguido metas. La mayor de todas las metas es la felicidad, y esa nos la marcamos cada uno de nosotros mismos, y se consigue reconociendo aquello que nos gratifica personalmente, y no aquello que ha conseguido el ídolo al que idolatramos (de vuelta con las excusas). Porque tal vez lleguemos algún día a ser ídolos para los demás, y si esa es la meta, ya está bien, pero todos tenemos un vacío dentro, la intuición de que lo verdaderamente importante de la vida es lo que está por llegar.