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7 de enero de 2009

Hay días...

Hoy no tengo un buen día. No todos pueden ser perfectos, lo se, pero hoy me asaltan todas las desganas. En la calle hace frío. Creo que hacía tiempo que no hacía tanto en Barcelona, o al menos a mi me lo parece. La gente inocente sigue muriendo en una pequeña franja de tierra en Oriente Medio. ¿Porqué es así de cruel el mundo con aquellos que no pueden defenderse? Ojalá Israel recapacite y deje de liquidar vidas a la par que la dignidad de todo un pueblo. Creo que poco a poco la fiebre comienza a asaltarme así que, en este estado gripal, lo que pueda decir es más bien una lotería. Muchas veces comienzo a hacerlo sabiendo simplemente la primera frase, que se me acaba de ocurrir. Lo admito, soy indisciplinado escribiendo. Un tipo lleno de ilusiones y proyectos que, de tanto en tanto, desaparece de la realidad para meterse en otra paralela, donde parece dominar lo que le rodea, pero que en el fondo todo lo que realiza está bajo el yugo de lo que sus personajes le exigen. Así que, ya lo estáis viendo, he vuelto a hacerlo, a escribir desde un comienzo no imaginado. Después de cada punto, surge la siguiente frase, y así hasta que ya no se qué decir. 
Pero bueno, volviendo al principio, sin dejarme llevar, y mientras la tos me permita seguir tecleando, hoy no tengo un buen día. Entre lo que puedo explicar y lo que no, mi estado de ánimo comienza a estar bastante maltrecho. En mi lado de la cama tengo el libro que ahora mismo estoy leyendo, El alquimista. Si, ya se que llego veinte años tarde, pero a veces los libros nos encuentran, más que nosotros buscarlos, y seguramente este debe ser el momento en el que debo leerlo. Los dioses de las letras deben quererlo así. Y yo sigo necesitando que mi realidad supere a mi ficción. Hasta ahora, de lo leído en el libro de Paulo Coelho, creo entender que hemos de luchar por nuestros sueños, aunque para conseguirlo tengamos que recorrer un largo y desagradable camino, donde encontraremos un sin fin de obstáculos. Continuaré leyendo, tal vez aprenda la manera de hacer realidad los que sueño.